A todos nos cuesta trabajo algún aspecto de la vida. A mí, por ejemplo, me encanta comer, y, aunque suelo cuidar mi alimentación, debo confesar que hay momentos en los que prefiero darme mis gustos (y luego me arrepiento). ¿Qué hago entonces? Me doy cuenta y regreso por el buen camino.
lunes, 30 de enero de 2017
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